martes, agosto 31, 2004
"y me fui hasta la playa
para ver lo que pasaba
y te estuve persiguiendo
comprobando si era cierto
[...]
un verano que fue una pesadilla
si me acuerdo me duele todavia
me duele todavia." La playa. Los Planetas.
Pues sí. Aunque ha costado mucho nos vamos a la playa una semana. Y mira que este año lleva camino de convertirse en pesadilla, como el verano que canta "J" en la canción...
Pero no os preocupeis. Nosotros no vamos a la playa por problemas de celos. Nos vamos a recorrer La Palma con volcanes y todo en plan senderista.
Un abrazo de Luthie y mío a todos.
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para ver lo que pasaba
y te estuve persiguiendo
comprobando si era cierto
[...]
un verano que fue una pesadilla
si me acuerdo me duele todavia
me duele todavia." La playa. Los Planetas.
Pues sí. Aunque ha costado mucho nos vamos a la playa una semana. Y mira que este año lleva camino de convertirse en pesadilla, como el verano que canta "J" en la canción...
Pero no os preocupeis. Nosotros no vamos a la playa por problemas de celos. Nos vamos a recorrer La Palma con volcanes y todo en plan senderista.
Un abrazo de Luthie y mío a todos.
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sábado, agosto 21, 2004
"Te asusta la idea
de lo que pueda suceder,
decirte quisiera
algo que te haga sentir bien,
pero es que hay algo más,
que a simple vista no se ve
será que hay más,
que a simple vista no se ve.
Pero siento que hay en mí
algo que está cambiando
no se ve...
pero siento que hay en mí
algo que está cambiando.
[...]
Que más quisiera yo,
que ser feliz y darte amor, amor
que más quisiera yo,
vivir feliz y darte amor, amor." Algo está cambiando. Julieta Venegas.
Hace unos días volví a ver a PiliRocío. Paseaba con su padre, Pepe, y paré a saludarlos. El muy serio y estirado; ella toda una "cabra loca" como el día que la conocí...
Aquel día yo salía de trabajar y me encaminaba, con mi compañera de trabajo en la furgoneta, a mi casa. Entonces la vi en la calle. Andaba sola entre unos cubos de la basura y parecía perdida. No vi a nadie cerca de ella. Hice un giro prohibido y me acerqué. Bajé del coche, empecé a hablar bajito, estiré los brazos y la recogí. Fue un flechazo instantaneo. Era una niña por su pequeño tamaño y por el brillo de sus ojos. Me dio dos besos, la acaricié el pelo, y después de cerciorarme de que no había nadie por allí cerca que la estuviera buscando, nos fuimos a ver a un amigo. Mi compañera no estuvo muy de acuerdo con lo de recoger "autoestopistas" accidentales...
"Al" se puso enseguida en marcha en cuanto llegué con ella y le conté la historia. Por suerte se podía encontrar a su familia, me dijo. Marcó teléfonos; escucho voces. Se llamaba "PiliRocio". Lo malo es que se estaba haciendo tarde y ese día iba a ser difícil encontrar a su familia. Al me preguntó si me podía hacer cargo de ella unos días. Sin problemas; no podía decir no a esos ojos brillantes... Ni a sus besos. Total: Luthie ya sabe hace tiempo que uno no anda muy bien amueblado de cerebro. Nos fuimos a esperar noticias. Mi compañera siguió igual de cabezona...
Aquel día dimos un paseo; le di la cena; le preparé una cama. Y cuando me fui a duchar me llamó Al: "¡Sí, han aparecido! Quieren recogerla en 20 minutos. Estaban nerviosísimos por el teléfono. Dicen que se les escapó y no se dieron cuenta. Le he dicho que está en buenas manos. ¿Puedes acercarte?". Claro que pude. Después de cenar se había quedado dormida dejando atrás los problemas de aquel día. Me costó despertarla viéndola así...
Tardé un poco más. Fui hablando con ella en la furgoneta: "Pórtate bien. A lo mejor te regañan un poco. Eres pequeña y ahora no lo entenderás. No vuelvas a escaparte. Como vea que no te quieren te adopto..." Yo tenía que ver si la querían. Estaban nerviosos. Me estrecharon la mano veinte veces. Conocí a su padre, "Pepe", y vi que se parece a él. Me preguntaron donde la había recogido. Me dijeron que fuera a cenar con ellos. Yo solo me fijé en como la cogían, en como ella se puso contenta de verlos, en como la querían... Como yo aquella tarde. Nos despedimos y la vi asomarse por la ventanilla del coche. Seguía con los ojos brillantes... como los míos.
El otro día repetí la historia en un segundo en mi cabeza en cuanto la vi a ella. Ahora la controlan más. Es un poco más adulta, pero todavía le gusta que la cojan. Yo lo hice y miré esos ojos. Me dio dos besos; acaricié a su padre. La volví a insistir en que se portara bien. Que si había problemas la adoptaba. Ella me miró fijamente. Esta vez me fijé en como movía el rabito al compás de las chispas de sus ojos. El día se aclaró. La rutina de ese día de trabajo la vi de otra manera. Nos despedimos y según habló su dueño hay un problema que puede hacer que algún hijo suyo llegue a ser mi vecino.
Ya tengo excusa para volver a verla...
PD: Por favor, todos aquellos que tengais un animal compartiendo vuestras vidas que sea más grande que un cobaya, ponedle el "chip de identificación". Es la única manera de poder encontraros si algún día él-ella se pierde.
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de lo que pueda suceder,
decirte quisiera
algo que te haga sentir bien,
pero es que hay algo más,
que a simple vista no se ve
será que hay más,
que a simple vista no se ve.
Pero siento que hay en mí
algo que está cambiando
no se ve...
pero siento que hay en mí
algo que está cambiando.
[...]
Que más quisiera yo,
que ser feliz y darte amor, amor
que más quisiera yo,
vivir feliz y darte amor, amor." Algo está cambiando. Julieta Venegas.
Hace unos días volví a ver a PiliRocío. Paseaba con su padre, Pepe, y paré a saludarlos. El muy serio y estirado; ella toda una "cabra loca" como el día que la conocí...
Aquel día yo salía de trabajar y me encaminaba, con mi compañera de trabajo en la furgoneta, a mi casa. Entonces la vi en la calle. Andaba sola entre unos cubos de la basura y parecía perdida. No vi a nadie cerca de ella. Hice un giro prohibido y me acerqué. Bajé del coche, empecé a hablar bajito, estiré los brazos y la recogí. Fue un flechazo instantaneo. Era una niña por su pequeño tamaño y por el brillo de sus ojos. Me dio dos besos, la acaricié el pelo, y después de cerciorarme de que no había nadie por allí cerca que la estuviera buscando, nos fuimos a ver a un amigo. Mi compañera no estuvo muy de acuerdo con lo de recoger "autoestopistas" accidentales...
"Al" se puso enseguida en marcha en cuanto llegué con ella y le conté la historia. Por suerte se podía encontrar a su familia, me dijo. Marcó teléfonos; escucho voces. Se llamaba "PiliRocio". Lo malo es que se estaba haciendo tarde y ese día iba a ser difícil encontrar a su familia. Al me preguntó si me podía hacer cargo de ella unos días. Sin problemas; no podía decir no a esos ojos brillantes... Ni a sus besos. Total: Luthie ya sabe hace tiempo que uno no anda muy bien amueblado de cerebro. Nos fuimos a esperar noticias. Mi compañera siguió igual de cabezona...
Aquel día dimos un paseo; le di la cena; le preparé una cama. Y cuando me fui a duchar me llamó Al: "¡Sí, han aparecido! Quieren recogerla en 20 minutos. Estaban nerviosísimos por el teléfono. Dicen que se les escapó y no se dieron cuenta. Le he dicho que está en buenas manos. ¿Puedes acercarte?". Claro que pude. Después de cenar se había quedado dormida dejando atrás los problemas de aquel día. Me costó despertarla viéndola así...
Tardé un poco más. Fui hablando con ella en la furgoneta: "Pórtate bien. A lo mejor te regañan un poco. Eres pequeña y ahora no lo entenderás. No vuelvas a escaparte. Como vea que no te quieren te adopto..." Yo tenía que ver si la querían. Estaban nerviosos. Me estrecharon la mano veinte veces. Conocí a su padre, "Pepe", y vi que se parece a él. Me preguntaron donde la había recogido. Me dijeron que fuera a cenar con ellos. Yo solo me fijé en como la cogían, en como ella se puso contenta de verlos, en como la querían... Como yo aquella tarde. Nos despedimos y la vi asomarse por la ventanilla del coche. Seguía con los ojos brillantes... como los míos.
El otro día repetí la historia en un segundo en mi cabeza en cuanto la vi a ella. Ahora la controlan más. Es un poco más adulta, pero todavía le gusta que la cojan. Yo lo hice y miré esos ojos. Me dio dos besos; acaricié a su padre. La volví a insistir en que se portara bien. Que si había problemas la adoptaba. Ella me miró fijamente. Esta vez me fijé en como movía el rabito al compás de las chispas de sus ojos. El día se aclaró. La rutina de ese día de trabajo la vi de otra manera. Nos despedimos y según habló su dueño hay un problema que puede hacer que algún hijo suyo llegue a ser mi vecino.
Ya tengo excusa para volver a verla...
PD: Por favor, todos aquellos que tengais un animal compartiendo vuestras vidas que sea más grande que un cobaya, ponedle el "chip de identificación". Es la única manera de poder encontraros si algún día él-ella se pierde.
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